Las costas son los gastos que se originan en los juicios. La doctrina las define como “todos los gastos hechos en la litis y que están respecto del pleito en una relación de causa a efecto, y no los gastos extraños o superfluos”.
Las costas están contempladas en el artículo 241 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, (Pago de costas y gastos del proceso) que dice: “Salvo lo dispuesto en la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita, cada parte pagará los gastos y costas del proceso causadas a su instancia a medida que se vayan produciendo”.
Seguidamente explica que “se considerarán gastos del proceso todos los desembolsos que tengan su origen directo e inmediato en la existencia de dicho proceso”.
Aspectos relacionados con las costas judiciales
Cada proceso judicial tiene un costo, y aunque la Unión Europea ha establecido una media de 3.000 euros por juicio, esta cantidad puede ascender notablemente dependiendo del tiempo que tarde el proceso y de la magnitud del mismo, pues no es lo mismo un juicio donde se tengan todas las pruebas y los testigos a mano a otro donde haya que emprender la afanosa búsqueda de estos para clarificar los hechos.
El artículo 394 de la Ley de Enjuiciamiento Civil establece que las costas de la primera instancia se impondrán a la parte que haya visto rechazadas sus pretensiones, con dos excepciones:
- Si el juez considerase que el caso presenta dudas de hecho y de derecho.
- Si fuera parcial la estimación o desestimación de las pretensiones. En ese caso las costas las pagará cada parte por mitad.
En el caso de las comentadas cláusulas suelo, el Tribunal Supremo dictó jurisprudencia en el 2017 en el sentido de que en cualquier caso las costas debían ser pagadas por los bancos.
La sentencia tuvo su base en la normativa que en ese momento había impuesto la Unión Europea y en el supremo interés de proteger al consumidor, pues en los casos de demandas moderadas si este tenía que pagar las costas de sus abogados lo más probable era que desistiera de intentar el juicio, lo que representaría un perjuicio para él.
Pero, según la Enciclopedia Jurídica Opus, las costas procesales no deben verse como una pena sino más bien “como indemnización debida al vencedor por los gastos que le ocasiona su contrincante al obligarlo a litigar”.
¿Por qué son importantes las costas judiciales?
Además, se tendrá la seguridad de que se cumplirán los pasos de ley en el proceso: publicación de edictos, localización de testigos e imputados, entrega de citaciones, etc. Es decir, las costas procesales son necesarias para que el proceso llegue a su fin subsanando los gastos del juicio, y se imponen a la parte perdedora como resarcimiento al vencedor del proceso.
¿A cuánto pueden ascender las costas judiciales?
De todas maneras, lo aconsejable es que el abogado oriente a su cliente acerca de lo procedente, siendo sincero en lo que respecta a ser condenado en costas en caso de perder el juicio.
Un demandante debería tener pleno conocimiento de que si su abogado está cobrando 5.000 euros por el juicio, pero el de la parte contraria está cobrando 10.000, en caso de perder deberá cancelarles los honorarios a ambos profesionales.
Una de las cosas que debemos tener en cuenta es que, como dicen en los estrados judiciales, muchas veces es mejor un mal arreglo que un buen pleito, por lo costoso que puede ser un juicio.
¿Tienen un límite las costas judiciales?
Este derecho se les reconocerá cuando tengan rentas bajas o por cualquier otro motivo establecido en la Ley de Asistencia Gratuita. De manera que si son condenados en costas, solo las pagarán si en los tres años siguientes al fallo judicial han mejorado su situación financiera.
La ley sí establece un límite en los honorarios de los abogados en la imposición de costas y las fija en un tercio de la cuantía del procedimiento.